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Del Potro viene a Mar del Plata con la Copa

Trajo la Davis para Argentina y ahora trae la Ensaladera a la ciudad de la gran frustración de 2008. El cierre de una temporada inolvidable en una exhibición ante un tenista muy querido en estas tierras, el español David Ferrer. Este miércoles desde las 22 en el Polideportivo.

por Vito Amalfitano

El deportista del año y quizá de muchos años en Argentina, peleando ya un lugar en el podio entre los más grandes por lo hecho este 2016, viene a despedirse de esta temporada inolvidable en Mar del Plata. Los guiños del destino pueden deparar esta parábola mágina. De la frustración más grande al momento cúlmine y más feliz, en la misma ciudad, en el mismo escenario, ocho años después.

En el Polideportivo y en la Mar del Plata en la que Juan Martín Del Potro sufrió uno de los momentos más traumáticos de su carrera, y también más cuestionados, la derrota con España en la final de la Davis en 2008, el tandilense viene a completar su total redención cargando en sus hombros, literalmente, nada más y nada menos que la Copa Davis ese año se escapó inexplicablemente de las manos y que hoy es de Argentina a su influjo.

En efecto, Juan Martín Del Potro, líder del equipo argentino que recientemente obtuvo la Copa Davis por primera vez en la historia para el país, cerrará el año más intenso, y también el más emotivo, de su carrera, con una exhibición justamente ante un español, David Ferrer, este miércoles desde las 22, en el Polideportivo Islas Malvinas, sede de aquella final perdida ante el equipo ibérico en el 2008.

El tenista tandilense y el español ex número tres del mundo se medirán en el Polideportivo a pleno, con una multitud que disfrutará así del segundo desafío de la Copa Peugeot, tras el de Tortuguitas.

Del Potro cerrará con este cruce una temporada mágica en la que volvió a su pico máximo de rendimiento luego de superar una tercera operación en la muñeca izquierda.

El partido se va a disputar sobre una carpeta doble de fenólico que terminó de pintarse durante el fin de semana y que ya está en las mejores condiciones.

Además de ser una exhibición esperada, la Copa Peugeot permitirá al flamante ganador del premio Olimpia de Oro, despedirse del público argentino de un año para el recuerdo de todo el deporte nacional, sobretodo gracias a él.

Río, Nueva York, Glasgow, Zagreb, Mar del Plata



Juan Martín Del Potro es, efectivamente, el deportista del año y de muchos años en Argentina. El Olimpia de Oro solo fue la convención, el sello, la oficialización de lo que no tiene discusión. Claro que las historias de vida y deportivas de Paula Pareto y Santiago Lange atesoran grandes méritos. No se duda de la envergadura del logro de Los Leones. Pero el tenista tandilense suma Juegos Olímpicos; más historia de vida; más uno de los triunfos más extraordinarios de la historia del deporte nacional, la obtención centenariamente postergada de la Copa Davis.

Asistimos aquel inolvidable domingo 7 de agosto, en el Court Central del Centro Olímpico de Tenis de Barra de Tijuca, no al renacimiento de un Top Ten, sino al verdadero nacimiento de un deportista nuevo, de un número uno, que se reinventó a sí mismo para sobreponerse a las adversidades.

Después de tres operaciones de muñeca, de haberse transformado prácticamente en un ex deportista (luego confesó, tras la final con Murray, que estuvo al borde del retiro), Del Potro no solo venció esa tarde al número uno del mundo, Novak Djokovic, por 7-6 (4), 7-6 (2) (fue elegido como uno de los tres partidos de tenis del año en el mundo) sino que jugó esa tarde de una manera única, inédita. “Nunca vi en la historia del tenis un golpe de derecha tan determinante”, nos dijo después Daniel Orsanic.

Ese alumbramiento que comenzó aquella tarde fue una carrera increíble de tres meses hacia la máxima gloria. Una escalada única hacia el podio de la historia del deporte argentino. En el medio pasó esa semana inolvidable de Río 2016 que terminó en la medalla de plata, su gran vuelta al US Open, su triunfo sobre Murray en la semifinal de la Copa Davis en Glasgow y la consagración inédita en Zagreb, como abanderado y jugador clave para llegar al premio más esquivo para el deporte nacional.

Ese número uno del año, pero, mucho más que eso, ese gigante que en tres meses se transformó en uno de los deportistas más importantes del deporte argentino, Juan Martín del Potro, estrenará ese sello, ese Olimpia de Oro, y esa Copa tan deseada, aquí en Mar del Plata. Y se trata de un acontecimiento de relieve, el mejor comienzo para la temporada de verano en la ciudad. Y nada menos que contra un tenista con el que los aficionados a este deporte en Argentina tienen mucha empatía, el español David Ferrer, siempre ovacionado en Buenos Aires en los torneos ATP, no así claro en aquella final de 2008.

El increíble inventario 2016 incluye para Del Potro un ascenso vertiginoso de más de 1000 puestos en el ranking mundial, una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro tras una final histórica ante Andy Murray, y un cierre soñado con la obtención de la Davis en Zagreb.

Justamente Del Potro cerrará su año de fantasía en la misma ciudad y en el mismo estadio en donde hace ocho años la Davis se le escapó a la Argentina en la final maldita frente al equipo español.

El último partido del tandilense en el Polideportivo Islas Malvinas fue el viernes 21 de noviembre del 2008, cuando perdió en cuatro sets contra otro español, Feliciano López, por el segundo punto de una final a la que Argentina llegaba como candidata por la lesión de Rafael Nadal.

El primer punto de ese día había sido jugado precisamente por Ferrer, quien cayó ante David Nalbandian, aunque el español rió último y dos días después alzó la Ensaladera junto a sus compatriotas en un cierre de torneo que pareció confirmar un maleficio para Argentina.

Será una manera de terminar de redimirse de aquella derrota que tanto nos dolió en 2008. Ya se redimió trayendo la Copa a Argentina. Pero ahora la trae a Mar del Plata. Justo acá, al lugar de esa frustración mayúscula, Del Potro viene a estrenar su Ensaladera. Es una devolución. y es una cita de lujo para la ciudad. Un privilegio y regalo de fin de año para los marplatenses.

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